dc.description | Creía que mi quehacer profesional poco tenía que ver con procesos artísticos,
estéticos e imaginativos. Me parecía que la psicología clínica se refería
principalmente a conceptos como psicoterapia, enfermedad, paciente,
psicoterapeuta, etc. Sin embargo, tras el sismo, cuando todo se cayó aprendimos
que la psicología clínica por sí misma no puede hacer nada en el entendimiento de
la subjetividad humana; que se vale de la multidisciplina, la interdisciplina y la
transdisciplina para poder explicar y posibilitar la reconstrucción psíquica y afectiva.
Fischetti y Chiavazza (2017), nos enseñan que el arte y la ciencia se complementan
y generan espacios reflexivos y de investigación entre la escucha y la palabra, entre
la lectura y la escritura, usar estos elementos teóricos y metodológicos nos ayudan
en la búsqueda de alternativas de abordaje frente a fenómenos psicosociales
complejos.
El 19 de septiembre de 2017, la población de Morelos se vio fuertemente
rebasada por una catástrofe por evento natural: un terremoto. Este gran
acontecimiento abrió heridas psíquicas, individuales como colectivas que afectaron
e incluso, siguen afectando gravemente la salud mental de quienes lo vivieron
(directa e indirectamente). Frente a esta contingencia no hubo capacidad de
respuesta de parte de las instituciones gubernamentales, por lo que, la organización
comunitaria fue decisiva en la reconstrucción y elaboración del trauma compartido
tras el desastre.
Diversos colectivos artísticos intervinieron con herramientas plásticas y
escénicas en comunidades afectadas del Estado, tejiendo redes de apoyo y
comunicación que intentaron reparar y resignificar el dolor frente a la pérdida y el
duelo. Durante ese proceso, esta investigación acompañó a dos colectivos en la
organización, intervención y seguimiento: grupo académico Uflp (más tarde llamado
colectivo RED) y Acción terapéutica colectiva. Así mismo, se realizó observación
con un tercer colectivo llamado “cuatro patas”. Estos tres grupos artísticos
trabajaron en Jojutla, Cuernavaca y Tetecala, Morelos. Durante la realización de las
actividades se entabló un diálogo horizontal con los miembros de los colectivos, así
como con la gente que participó en la intervención. Mi trabajo fue documentar este
proceso, mi objetivo principal: saber qué y cómo, las herramientas artísticas
propician la elaboración del trauma colectivo después del sismo del 19 de
septiembre. | es_MX |