Modulación de la fagocitosis, producción de óxido nítrico y citocinas por el extracto hidroalcohólico de la raíz de Sechium edule (chayote) en macrófagos RAW 264.7 activados por LPS

La respuesta inflamatoria es el mecanismo fisiológico que responde a cambios en el equilibrio del sistema como los estímulos dañinos, y tiene la finalidad de regresarlo al estado basal. Se divide en 3 tipos que son aguda, crónica y metainflamación lo que depende de las células que participan. Una de las principales células que participan en todas las formas del proceso inflamatorio es el macrófago (MF). Estos son células mononucleares cuya función principal es ser sensores del sistema aunque dependiendo de su entorno se polarizan hacia diferentes fenotipos, cada uno con sus funciones y marcadores distintos. In vitro se clasifican en M0 a los que se encuentran inactivados, M1 o de activación clásica a los de perfil proinflamatorio y M2 o de activación alternativa a los de perfil inmunoregulador (con su propia división en M2a, M2b, M2c y M2d). Los MF poseen diferentes tipos de receptores en su membrana con los que sensan su ambiente, como los receptores de tipo Toll (TLR). Uno de los TLR más implicados en el reconocimiento ligandos de patógenos (como bacterias gran negativas a través del LPS) y no patógenos, es el TLR4. El TLR4 se une al LPS por lo que activa la MF lo que trae por consecuencia la producción de citocinas (tanto proinflamatorios y antiinflamatorios), aumento de la fagocitosis, y la producción de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno. Desde la antigüedad, se han buscado posibles remedios para controlar los aspectos negativos de la inflamación. Actualmente el manejo farmacológico más común son los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y los esteroides. Los primeros sólo contrarrestan las molestias y los segundos suprimen la inflamación de manera muy eficiente, sin embargo, ambos casos traen efectos secundarios que imposibilitan su uso por tiempos prolongados, lo que es un problema para el manejo de enfermedades crónicas que requieren su uso constante, por lo que buscar en los fitomedicamentos una opción terapéutica es una posibilidad de interés. Las cucurbitáceas brindan esta posibilidad, y entre ellas Sechium edule (chayote). El extracto hidroalcohólico de la raíz de la planta (HA-rSe) es rico en ácido cinámico, ácido caféico, ácido cumárico y la vitexina, y tiene efecto antiulcerante, antioxidante, antihipertensivo, antidisfunción endotelial, antifibrótico y antiesteatótico, patologías en las que la inflamación juega un papel preponderante, sin embargo, aún no se conoce el proceso mediante el cual suprime e interfiere con el proceso inflamatorio.