Aceptación y efecto de la dieta cetogénica en el peso corporal y parámetros bioquímicos de ratones obesos y con diabetes mellitus tipo II

La obesidad se define como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud (1). Estadísticas recientes indican que la obesidad y el sobrepeso continúan en ascenso a nivel mundial. Actualmente el IMC es el criterio con el cual podemos distinguir si el peso de una persona es saludable o no saludable. El IMC es una función del peso y la altura (peso/talla²) que se utiliza para identificar una adecuada aproximación de los porcentajes de grasa en el cuerpo (2). Si una persona tiene un IMC de 30 a 34.9 se considera obesidad leve, mientras que si tienen de 35 a 39.9 se considera obesidad moderada y si es superior a los 40 kg/m² se considera grave o mórbida. Sin embargo, el IMC no informa sobre la distribución de la masa grasa ya que no puede diferenciar entre masa magra o masa grasa. Pero además, si los hombres presentan un porcentaje de masa grasa mayor a 25% y las mujeres un porcentaje mayor al 33% se consideran personas obesas (3). Por otra parte, debido a que la obesidad representa un factor de riesgo para otras enfermedades, la federación mundial de la obesidad declaró a la obesidad como una enfermedad crónica, progresiva y reincidente (4). 1.2 CLASIFICACIÓN DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD El IMC establece los rangos para considerar a una persona con obesidad, pero, existen más categorías, según la organización mundial de la salud (OMS), los valores del índice de masa corporal (IMC) nos permiten clasificar a las personas en seis categorías. En donde si los valores del IMC se encuentran entre 18.5 y 24.9 se considera normo peso, mientras que valores de IMC entre 25 a 29.9 indican que la persona tiene sobrepeso y valores mayores a 30 se consideran con obesidad (Tabla1). 1.2 PREVALENCIA E INCIDENCIA DE LA OBESIDAD El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) ha destacado que en los últimos 30 años la obesidad se ha convertido en una epidemia que afecta a uno de cada 3 adolescentes y niños, y a 7 de cada 10 adultos en nuestro país. Esto desemboca en un problema de salud pública, debido a su alta prevalencia generando altos costos en los sistemas de salud y sus complicaciones a largo plazo. Para el 2014 se estimó que el 10.8% de los hombres eran personas obesas y 14.9% eran mujeres obesas. En el 2015, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) reconoció que los países con mayor prevalencia (>30%) fueron Estados Unidos, México y Nueva Zelanda (5). En México, gracias a los resultados obtenidos en la encuesta nacional de salud y nutrición (ENSANUT 2018), el 36.1% de la población mayor a 18 años presentan obesidad, en donde la mayor frecuencia fue en mujeres (40.2%) en comparación con los hombres (30.5%)(6).