Aplicación del modelo fragmento-aspereza a fenómenos sísmicos en México enfatizando en dos regiones: la zona de subducción y el cinturón volcánico mexicano

Por su ubicación geográfica el territorio nacional se encuentra expuesto a eventos sísmicos, que en el transcurso de la historia han sido significativos por las catástrofes que han ocasionado, particularmente los ocurridos en la ciudad de México y el estado de Chiapas en Septiembre de 2017. El territorio mexicano se sitúa entre la convergencia de cinco placas tectónicas: Caribe, Cocos, Norteamérica, Pacífico y Rivera . Así mismo, posee todas las posibles interacciones entre ellas: las placas de Rivera y Cocos se sumergen por debajo de la placa de Norteamérica. La de Rivera se subduce bajo los estados de Jalisco y Colima. La de Cocos lo hace debajo de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Mientras que la Placa del Pacífico se desplaza hacia el noroeste con respecto a la Placa de Norteamérica y Rivera (Mendoza-Ponce, 2012). No obstante, México se encuentra dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las regiones más sísmicas del mundo, donde se encuentra la mayor liberación de energía del planeta (Cuanalo-Vázquez, 2016). Asimismo, está ubicado sobre la Faja Volcánica Trans-Mexicana (FVTM) o Cinturón Volcánico Mexicano (MVB), la cual abarca desde el océano Pacífico hasta el Golfo de México en dirección Este, donde se localizan entre remanencias volcánicas, las cimas más altas del país (Zúñiga et al., 1997). En nuestro país, desde que se instalaron los primeros instrumentos de medición en los primeros años del siglo XX (Mendoza-Ponce, 2012), existe un incremento constante en la actividad sísmica. Se tienen registros de sismos (SSN, 2021) para la zona de subducción, donde la mayoría surge por el movimiento de las placas de Caribe, Rivera y Cocos, con magnitud máxima de 8.2. Mientras que para la zona central del territorio, el sismo más grande ocurrió en el año 2017 con una magnitud de 7.1 siendo el epicentro en los límites del estado de Puebla.