La metaficción en la configuración autoficcional de Los ingrávidos y A pesar del oscuro silencio

RAÚL DYLAN GAMA ROMÁN

El género de la autoficción ha generado múltiples discusiones respecto a su producción y su concepción teórica a lo largo de los últimos 40 años. Existen múltiples formas de revisar este término y, por ello, infinidad de estudios que se han desprendido de él al momento de interpretarlo y clasificarlo dentro de los márgenes de la literatura. La discusión respecto a este fenómeno no ha sido resuelta en su totalidad y, por el contrario, se han elaborado diversos estudios con la finalidad de estudiar, entender y clasificar textos literarios que, actualmente, y sobre todo en Hispanoamérica, han proliferado en la escena literaria. Esta diversidad de textos propone nuevas formas de entender las escrituras del yo y su papel en la sociedad contemporánea, debido a fórmulas que determinados autores deciden implementar en sus obras y que reconfiguran las concepciones establecidas. De la misma menera, la metaficción, término y concepto teórico relevante para el desarrollo de esta investigación, podría considerarse también como un artificio recientemente teorizado, cuyas dimensiones críticas apenas están tomando forma en la teória hispanoamericana. Este mecanismo, mayormente revisado por los estudios angloamericanos, se entiende como un elemento narrativo, discursivo y estético que relativiza los fronteras entre el texto y la realidad, desajustando el famoso estatuto realidad-ficción que, previo a la posmodernidad, era un elemento claro en la literatura. Es un hecho, además, que como acercamiento conceptual, la metaficción se asemeja histórica y teóricamente al estudio y clasificación de la autoficción: ambos problematizados recientemente a finales del Siglo XX, pese a que, siglos atrás, exisitió literatura cimentada desde estos elementos. Es por ello, que nos interesa aterrizar la discusión en dos obras mexicanas que trabajan desde ambas estrategias: Los ingrávidos y A pesar del oscuro silencio. La primera es una novela escrita por la autora mexicana Valeria Luiselli, publicada en 2011 por la editorial independiente Sexto Piso. Por otro lado, A pesar del oscuro silencio, es la primera novela del escritor mexicano Jorge Volpi y se publica en 1992 por la editorial Joaquín Mortiz. A pesar de que haya 20 años de diferencia entre la publicación de una novela y otra, ambas se construyen desde las mismas interrogantes y ocupan los mismos procedimientos que posibilitan una escritura autoficcional, mediante diversos juegos metaficcionales. Además, ambas obras incursionan en una construcción de tipo autobiográfico, en la que, tal como lo propone la autoficción, la idea del yo se encuentra quebrantada debido a las múltiples indeterminaciones que se presentan, a través de la obsesión de los narradores por la escritura, obra y vida de dos autores pertenecientes a la generación de los Contemporáneos: Gilberto Owen y Jorge Cuesta. Así, la escritura aparantemente autobiográfica en ambas novelas se pone en cuestionamiento debido a la ruptura con la identidad nominal entre el autor y el protagonista, porque se encuentra difuminada con el yo intertextual de ambos poetas, lo cual abre una interrogante sobre la elección de estos autores para edificar una poética que, en apariencia, luce similar la una de la otra.

Tipo de documento: Tesis de maestría

Formato: Adobe PDF

Audiencia: Investigadores

Idioma: Español

Área de conocimiento: HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA CONDUCTA

Campo disciplinar: CIENCIAS DE LAS ARTES Y LAS LETRAS

Nivel de acceso: Acceso Abierto