Deseo ser paisaje

Este proyecto es un recorrido, el resultado de mi caminar. Soy una caminanta mujer, mexicana, de 27 años, clase trabajadora, no hetero, caminando entre el desierto de Coahuila y lo verde de Morelos. Dentro de esta caminata fui encontrando diferentes formas de refugio. Ahora le doy importancia aparte del caminar, a las pausas, a la contemplación, a sentir el espacio sin parámetros de tiempo ni distancia. Permitiendo que mi cuerpa sienta las sutilezas en el andar. Caminar es mi lugar seguro, y sigue siendo, pero también lo son las pausas. En mi caminar voy percibiendo distintos espacios en los que puedo descansar, acurrucarme y estar con la tierra. Cuando mis juicios son insuficientes para aproximarme a la magia de la tierra, recuerdo la importancia de formar comunidad. Lo otro se me presenta como mágico, me niega mis preceptos, me desafía, me hace pensar en otras posibilidades. Cuando mi experiencia no es suficiente para poder comunicarme con la tierra, aparece el otro, me ayuda a leer los códigos de una tierra que yo aún no conozco y me permite profundizar mi sentir, conocer el lenguaje de esa tierra y comunicarme con ella. Puedo experimentar desde otras dinámicas. Así como la tierra está llena de facetas, de contrastes, de ciclos, así como su maleabilidad abre infinitas posibilidades, el otro también lo hace y esto es la condición de la comunidad; acercarse al otro desde la simpatía y la apertura hacia la otra posibilidad, comprender al otro, no desde mis juicios sino desde la libertad, la apertura. La cercanía me ha permitido desarrollar saberes desde la cuerpa, cuando veo de cerca a alguien, cuando estoy en cercanía con el otro, compartiendo mesa, en cercanía con la tierra, con los objetos de la naturaleza. Caminar y acurrucarme permite que mi cuerpa conozca al otro, al lodo, a las plantas. Entre más profundamente me acerco a lo distinto, más irreductible se vuelve, nos potencializa, se llena de sutilezas que no se ven a simple vista, de contradicciones, caos, diversidad. La Cuexcomata es el resultado de múltiples procesos de la tierra y las personas. La tierra necesita extraerse de ciertos puntos, ni tan gravosa ni tan fangosa, debe tener una cierta cantidad de agua para tener ese poder adhesivo y amoldarse, se tiene que recoger el zacate y cosecharse. Hay cierta división del trabajo, se pide permiso para cortar las enredaderas, cortarlas de ciertas ramas, con paciencia. Todo ese conocimiento me lo compartió la familia Pavón, familia de artesanos, a partir de su experiencia, observación, experimentación. La Cuexcomata es un cúmulo de dinámicas naturales y sociales, encierra múltiples procesos y dinámicas. Es una escultura colectiva, es experiencia: los abuelos también ayudaron desde sus saberes, los jóvenes con su fuerza y habilidades físicas que el mismo territorio les dota. Es el cuerpo en la tierra moviéndose, nos abre otra posibilidad de ser con la tierra.