Conventos dieguinos en Puebla: el impacto del proceso de inserción de un modelo de Estado liberal en México, el caso de Santa Bárbara y Santa María Magdalena, 1767-1861

La orden franciscana nació como una pequeña comunidad de hombres laicos que querían llevar una vida a imitación de Jesús y sus discípulos, teniendo como fundador a San Francisco de Asís. Esta fraternidad obtuvo su reconocimiento papal como orden religiosa en el año de 1209; en los años posteriores creció y, junto a ello, surgieron las pugnas internas derivadas de la forma en que se entendía el Evangelio y la Regla de vida, así como la manera de llevarla a cabo en la práctica. En consecuencia, la orden se fragmentó en varios grupos: observantes, conventuales, reformados, capuchinos, todos los que, a pesar de sus rasgos particulares, se regían por las reglas generales del padre fundador. Una de esas ramas o divisiones internas surgió con las reformas descalzas en España, conocida como la descalcez, que buscaba el retorno al estricto cumplimiento de la observancia del Evangelio y de la regla de San Francisco de Asís, siendo San Pedro de Alcántara el fraile que la consolidó de manera independiente, dando paso a un nuevo estilo de vida más pobre. A partir de la fundación en 1561 de la provincia de San José, en España, los descalzos alcantarinos llevaron a cabo varias fundaciones, tanto de conventos como de provincias, como la realizada en 1599 bajo el nombre de San Diego de México, en Nueva España. En México, se les conoció popularmente a los religiosos de la descalcez franciscana como “dieguinos” en honor al Santo patrón, San Diego de Alcalá; se desempeñaron principalmente como auxiliares del clero secular, por lo que se dedicaron a la predicación entre los fieles, a la administración del sacramento de la confesión, pero nunca a la conversión de almas. A pesar de ello, su labor fue importante al insertarse en las ciudades y villas de españoles como parte de una espiritualidad distinta a la que ofrecía el clero secular y por las denominadas misiones interiores, que consistían en predicar un apego mayor a las verdades y forma de vida sencilla, honesta y sin pecados entre los fieles españoles, mestizos y provenientes de las castas considerados todos ellos como cristianos viejos.