Patrones de color y comportamiento de Sceloporus horridus horridus (Sauria: Phrynosomatidae) en condiciones de laboratorio

ADÁN MARTÍNEZ TORRES

En lagartijas, el sexo, el tamaño de cuerpo y la coloración, son características que determinan el comportamiento intraespecífico e interespecífico (Cooper y Greenberg 1992; Sinervo y Lively, 1996; Fallahpour, 2004; Weiss, 2005; Vera-Ramírez et al., 2012); y estas características se encuentran sujetas a selección natural (Stuart-Fox y Ord, 2004; Jiménez-Arcos et al., 2017) y la selección sexual (Cooper y Greenberg 1992; Andersson, 1994; Pérez I de Lanuza et al. 2013; Jiménez-Arcos et al., 2017). Por tanto, el establecimiento de caracteres ornamentales y de tamaño se relaciona con la interacción de factores bióticos y abióticos que rodean la historia de vida de las lagartijas (Stuart-Fox y Ord, 2004; Oufiero et al. 2011; Pérez I de Lanuza et al. 2013). En consecuencia, las especies desarrollan estrategias de comportamiento adecuadas al entorno con el fin de aumentar el éxito reproductor y la supervivencia (Blomberg y Shine 2000; Calsbeek y Smith 2007; Oufiero et al. 2011). Debido a que hay varios factores involucrados en el establecimiento de caracteres ornamentales, se han descrito distintas especies con variación en los patrones de color (dicromatismo sexual y/o policromatismo) y en los tamaños de cuerpo (dimorfismo sexual y/o polimorfismo) (Stuart-Fox y Ord, 2004; Rivero-Blanco y Schargel, 2012; Vera-Ramírez et al., 2012; Bustos et al., 2014; Pérez I de Lanuza et al. 2014). En las especies donde hay variación cromática, las interacciones son de mayor complejidad, debido a la relación de los componentes pigmentarios y su asociación con las condiciones costo-beneficio (Olsson et al., 2013). La coloración contrastante comúnmente se ha relacionado con el tamaño de cuerpo grande y con un comportamiento más agresivo, lo cual se debe al costo que conlleva el mantenimiento de estas características, y refleja las capacidades del individuo para conseguir alimento, escapar de los depredadores y mantener una competencia con otros machos (Cooper y Greenberg 1992; Sinervo y Lively, 1996; Olsson et al., 2013). La coloración naranja o rojiza en lagartijas está asociada con los comportamientos más agresivos en machos y en hembras (Vera-Ramírez et al., 2012); y si es ejercida hacia uno de sus congéneres, puede relacionarse con la obtención de un recurso o con la dominancia (Sinervo y Lively, 1996; Weiss, 2005; Vera-Ramírez et al., 2012; Jiménez-Arcos et al., 2017). Sin embargo, el comportamiento agresivo de algunos individuos podría ser una limitante en la interacción de machos y hembras. Las hembras pueden evitar interactuar con machos que son agresivos o dominantes, debido al riesgo que conlleva la interacción con un macho violento (Lattanzio et al., 2014).

Tipo de documento: Tesis de maestría

Formato: Adobe PDF

Audiencia: Investigadores

Idioma: Español

Área de conocimiento: BIOLOGÍA Y QUÍMICA

Campo disciplinar: CIENCIAS DE LA VIDA

Nivel de acceso: Acceso Abierto