Autoconcepto académico y su relación con el riesgo suicida en una muestra de estudiantes mexicanos

En el 2020 la cancelación de clases por la contingencia COVID-19 obligó a los estudiantes y a la población en general a usar las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) para crear estrategias de trabajo y cubrir los programas educativos sin perder la calidad educativa de manera presencial teniendo limitantes como: clase social, etnia, género, ubicación geográfica e institución a la que pertenecen, fallos en los servicios públicos como luz e internet o la nula existencia de los servicios en las comunidades rurales. Los profesores y el personal dedicado a la enseñanza modificaron sus escenarios de trabajo y optaron por los recursos digitales (Gómez et ál., 2020). El uso de las TIC son una puerta hacia el futuro que al mismo tiempo muestran las desigualdades entre los estudiantes de diferentes clases sociales, la brecha generacional y los recursos básicos necesarios para adaptar la educación a un mundo virtual. Uno de los retos más importantes fue centrar la integridad de los alumnos física y mentalmente.