Programa de empoderamiento autorregulatorio para estudiantes universitarios durante las clases virtuales por Covid-19

VERONICA ITZAÍ GUERRERO BENÍTEZ

El COVID-19 inició su propagación a finales de 2019 en Wuhan, China y representó una emergencia sanitaria internacional debido a la actividad altamente contagiosa del virus. Fue reportado desde el 13 de enero de 2020 por el inicio de casos de infección fuera de China (Mojica-Crespo & Morales-Crespo, 2020) y al tiempo que los efectos adversos de esta emergencia sanitaria se hicieron visibles, el 30 de enero de 2020 la OMS se vio en la necesidad de declarar una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) y posteriormente una pandemia el 11 de marzo de 2020, días antes de que Europa fuera declarada centro de la pandemia (OMS, 2020). En México, los contagios por coronavirus iniciaron el 27 de febrero de 2020, alcanzando para el 30 de abril un incremento de 19,224 casos confirmados y 1,859 fallecimientos (Suárez, Oros, et al. 2020). En respuesta a la situación de emergencia, el gobierno de México adoptó medidas de higiene que involucraban el uso de cubrebocas, la sana distancia y el confinamiento obligatorio que resultó en el cierre de todas las instituciones educativas y la implementación de un nuevo programa de estudios a distancia, que era mayoritariamente visto por la comunidad docente como una improvisación para sobrellevar el gran problema al que se enfrentaba la educación pública en México, la cual aún no había considerado adecuarse a las modalidades más innovadoras de la educación en línea y carece de criterios de evaluación confiables (Escudero, 2020) con el sustento teórico y experimental que los respalde. Ante esta problemática, los docentes se encaminaron a explorar y capacitarse en el uso de herramientas electrónicas y estrategias que se ajustaran a su estilo de enseñanza y las necesidades de sus estudiantes, creando de esta forma una nueva pedagogía (que ya era necesaria desde hace unos años) dependiente de las tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento. Sin embargo, no generará mucha diferencia contar con las herramientas más innovadoras si no existen metodologías que hagan uso de estas herramientas, potencializando sus capacidades para atacar todas las necesidades educativas de los estudiantes. Estas necesidades consisten específicamente en generar habilidades para afrontar los nuevos retos que un mundo digitalizado y globalizado representa, iniciando por aquellas requeridas para el aprendizaje en la modalidad virtual como el conocimiento y dominio de la tecnología computacional, la motivación, autonomía y autorregulación (Luna, 2002, como se citó en Navarro, 2008). Las cuáles posteriormente evolucionarán en habilidades técnicas que requerirán el perfeccionamiento de los individuos en el uso de sistemas digitales para el día a día, aptitudinales y socioemocionales, englobadas en las habilidades para el siglo XXI (UNESCO,2017), donde se enlistan habilidades clave a trabajar en la pedagogía actual: habilidades digitales, que incluyen el pensamiento computacional, habilidades cognitivas avanzadas (de pensamiento crítico y uso de conocimientos básicos para la solución de problemas), habilidades relacionadas con la función ejecutiva (donde se incluyen la autorregulación, la metacognición y el autocontrol) y las socioemocionales que involucran esquemas personales relacionados con la autoestima, motivación, adaptabilidad, perseverancia, entre otras (Banco Interamericano de Desarrollo, 2019, p. 23).

Tipo de documento: Tesis de maestría

Formato: Adobe PDF

Audiencia: Investigadores

Idioma: Español

Área de conocimiento: HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA CONDUCTA

Campo disciplinar: PSICOLOGÍA

Nivel de acceso: Acceso Abierto