Rescate y promoción de la rotulación como parte de la gráfica popular mexicana

JOSÉ ARTURO RODRÍGUEZ RUIZ

Así como es difícil imaginar a Venecia sin canales y góndolas, a la ciudad de Ámsterdam sin bicicletas, a Inglaterra sin las cabinas telefónicas rojas, a Nueva York sin grafiti, a Hong Kong sin el brillo del neón y a Las Vegas sin luces, también resulta difícil imaginar a las ciudades mexicanas sin el rótulo. Para Checa-Artasu y Castro estos letreros pintados a mano son “una forma de comunicar eminentemente urbana, mutable, efímera, poco valorada, que cubre la necesidad de comunicar de un amplio segmento de la sociedad, de ahí el adjetivo de popular” (“El olvido” 25). El oficio de la rotulación ha llegado a ser parte importante de la identidad urbana en nuestro país. Al hablar de las bardas intervenidas con rótulos para anunciar eventos de música popular, Patricia Cué dice que son una especie de branding vernáculo que, en forma sintetizada, podemos definir como el uso y ajuste de la tipografía, su producción a mano y la aplicación de colores característicos que logran que los rótulos sean reconocidos fácilmente (75). Acerca de la rotulación a mano, la cual es una parte importante de la gráfica popular mexicana, Checa-Artasu y Castro afirman que es: la forma comunicacional y de diseño más difundida en el paisa- je urbano mexicano...conjunto de elementos gráficos, imágenes, letras que de forma más o menos ordenada; usando las paredes, fachadas, bardas, vallas y otros recursos murales, sirven para co- municar diversas informaciones vinculadas al devenir de la vida cotidiana [además estos autores confiesan que] por su uso masivo y su carácter popular no se le ha prestado la atención debida por parte de los historiadores del arte y teóricos del diseño y apenas ha sido valorada. (“Notas para conceptualizar” 2) Ahora bien, aunque el rótulo, gracias a influencias modernas y extranjeras, está en constante evolución y perfeccionamiento, también pasa por un proceso de dilución por el efecto del mestizaje que las mismas causan, efecto natural pues “La diversidad étnica y la pluralidad social es algo inherente a la sociedad mexicana. El mestizaje de todo tipo deja diversas trazas en la sociedad más si éstas se aglutinan en un entorno urbano. En este sentido, la rotulación probablemente sea una de esas trazas” (Checa-Artasu y Castro, “El rótulo popular” ). Así por ejemplo, si prestamos atención a una de las influencias antes mencionadas descubriremos que al anglicismo lettering se puede entender “como aquellos trabajos de letras que han sido dibujados” (López ) y que por sus características las podemos homologar a las del rótulo. Es común encontrar en medios sociales, proyectos contemporáneos y talleres didácticos, que la palabra lettering ha ganado popularidad entre las nuevas generaciones de diseñadores, lo que no afecta la continuidad del oficio, solo la denominación del mismo. Y es que, aun teniendo características muy simi- lares, vale la pena mencionar que todos los rótulos son obras de lettering, pero no todos los trabajos de lettering son rótulos. Por ejemplo, si se dibuja una letra con un lápiz en una hoja de papel, será lettering pero no rótulo; al igual que si se dibuja una frase con la ayuda de un de computadora, para después imprimirla en grandes dimensiones y colocarla en una plaza comercial, éste no será un rótulo pero sí será lettering. De acuerdo con lo anterior, sólo será o se le identificará y como rótulo al trabajo cuya letra u oración esté pintada a mano, con brocha y pincel, sobre una superficie rígida o blanda (siempre y cuando dichas superficies sean adecuadas para este tipo de intervención), sin importar su tamaño, y que dicho trabajo se pueda encontrar en cualquier local comercial o fachadas de edificios, sin importar su ubicación, ya sea en el centro de la ciudad, en la periferia o en la zona de mayor plusvalía, contrario a lo que algunos autores afirman pues excluyen al rótulo a ciertas áreas marginales, como asegura Enrique Soto Eguibar al decir que "No encontramos rótulos en los centros comerciales de la ciudad de México, ni en las colonias donde se agrupa la gente de mayor potencial económico, como Polanco, Las Lomas o Interlomas; en cambio, en las colonias Nezahualcóyotl o Tláhuac es difícil, si no imposible, imaginar un comercio que carezca de un rótulo” ( ). Ahora bien, el pequeño inconveniente de denominación que causan los extranjerismos no es el problema, lo verdaderamente grave es la amenaza y competencia que implican las nuevas tecnologías. Se entiende la difícil situación que vive el oficio de la rotulación, situación que se presenta desde hace décadas, Checa-Artasu y Castro rastrean y encuentran que este cambio inició a “mediados del siglo xx cuando nuevos soportes publicitarios, como los espectaculares, las lonas, los monopostes, los mupi (mueble urbano para la presentación de información) o los opi (objeto publicitario iluminado), entre otros, aparecen progresivamente en los entornos urbanos” (“El rótulo popular” 128). A esta misma amenaza, Anamaría Ashwell agrega que “Los rotulistas empezaron a perder pedidos también porque perdían los muros ante las nuevas técnicas del ploteo y de las imágenes computarizadas” (22).

Tipo de documento: Tesis de maestría

Formato: Adobe PDF

Audiencia: Investigadores

Idioma: Español

Área de conocimiento: HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA CONDUCTA

Campo disciplinar: ANTROPOLOGÍA

Nivel de acceso: Acceso Abierto