La literatura lésbica mexicana. Cambios y continuidades en la propuesta identitaria en Amora (1989) de Rosa María Roffiel y Crema de vainilla de Artemisa Téllez (2014)

ANA LILIA HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ

Extraviadas, voyeristas, seductoras, compulsivas finas divas arrojadas al diván de Freud y de Lacan. ¡Ay! ¡Segismundo, cuánta vaginalidad! Infantiloide y malsano el orgasmo clitoriano ¡Ay! Segismundo, cuánta vaginalidad, el orgasmo clitoriano se te escapa de la mano. ¡Ay! Segismundo de tan macho ya no encaja no me digas que el placer es pura paja. Liliana Felipe, Las histéricas somos lo máximo1 Entre putas, locas y enfermas es como nace la imagen de las mujeres lesbianas en la narrativa mexicana de inicios del siglo XX y con ello su condena a existir en espacios cerrados para ocultar sus encuentros sexuales y amorosos. En tal sentido, el desamor o la muerte fueron los tópicos más comunes utilizados en la literatura para dar vida al personaje lésbico. La inexistencia del placer sexual fue un tema recurrente en las novelas y cuentos que integraron a este tipo de personajes y es hasta Amora, novela de Roffiel que se aborda el placer lésbico. De manera que hablar de narrativa lésbica en México, implicó retomar los movimientos sociales y políticos que se hicieron presentes a lo largo del siglo XX y XXI, porque a raíz de ellos la sexualidad femenina y las identidades no heteronormadas comenzaron a visibilizarse e integrarse de manera paulatina en la sociedad. Fueron diferentes sucesos los que marcaron un cambio en la vida pública y la forma de relacionarse de las mujeres lesbianas en México: la segunda y tercera ola del Movimiento Feminista de finales del siglo XX; la “Ley para prevenir y erradicar la discriminación”, en 2003; la “Ley de sociedad de convivencia”, en 2006; la “Ley de matrimonio igualitario”, en 2009; y la adopción homoparental en la ciudad de México en 2010. A partir de ello se estableció un reconocimiento de la sexualidad no heteronormada que, jurídicamente posibilitó la conformación de las relaciones homoparentales. Pero eso no significó que la violencia y discriminación que viven las mujeres lesbianas a causa de su identidad sexual haya desaparecido.2 En relación con lo antes mencionado es que seleccioné las novelas Amora (1989) de Rosa María Roffiel y Crema de vainilla (2014) de Artemisa Téllez con la finalidad de enmarcar dos generaciones distintas y ejemplificar los cambios y las continuidades de la propuesta identitaria lésbica. Si bien existen otras escritoras que abordan el tema, la pertinencia de Roffiel es que a partir de Amora se inicia la categoría de narrativa lésbica en México y se establecen nuevas características de los personajes lésbicos que se relacionan con el Movimiento Feminista y el deber ser de las mujeres de finales del siglo XX. Características que se reproducen en algunas novelas de otras escritoras que publicaron después que Roffiel. Pero en el caso de Téllez, su novela es de las últimas publicaciones en la narrativa lésbica y la primera en integrar dentro de esta categoría el uso de prácticas sexuales tabú.

Tipo de documento: Tesis de maestría

Formato: Adobe PDF

Audiencia: Investigadores

Idioma: Español

Área de conocimiento: CIENCIAS SOCIALES

Campo disciplinar: SOCIOLOGÍA

Nivel de acceso: Acceso Abierto