Niila de las estrellas. Narrativa gráfica digital

MONSERRAT RUIZ CABAÑAS CHAVEZ

Notas sobre el cómic En nuestro país se tiene una concepción muy estrecha sobre los cómics. Se les ve como un subgénero —de menor categoría— de la literatura, con una estética definida, restringida solamente a algunos géneros (como los superhéroes y la caricatura satírica); o como una versión barata y simple de la literatura y del cine (Altarriba 48), destinada a un público estereotipado: el masculino. Sin embargo, el cómic es un medio que no tiene que tomar su nombre y características de otros. Éste hace uso de imágenes y, por lo tanto, de signos, pero con unos significantes concretos, eminentemente gráficos, que pueden vincularse o desvincularse de textos acompañantes para articular mensajes (Barrero 29). Hablamos entonces de un medio híbrido entre lo gráfico y lo textual, que se vale de ambos para conformar su propia esencia, y que por lo tanto no puede ceñirse en cuanto a temática, estética, lectores ni creadores. El artista y teórico del cómic Will Eisner lo denomina arte secuencial: un “medio creativo de expresión, materia de estudio en sí mismo, y forma artística y literaria que trata de la disposición de los dibujos o las imágenes y palabras para contar una historia o escenificar una idea” (Eisner 7). Sin embargo, hay otras expresiones artísticas —como la animación— que podrían describirse con esas palabras. En forma de respuesta, o como una continuación y profundización de la descripción expuesta por Eisner, el artista y teórico Scott McCloud apunta en su cómic-ensayo Entender el cómic: el arte invisible: A pesar de que la definición de McCloud representa una ensanchadura de los límites del cómic, esta asersión sigue creando una barrera contra las posibilidades de este medio. Y aunque es un buen punto de partida, existen cientos de obras — como aquellas que no usan diálogos ni textos de apoyo— que no encajan del todo con ésta, sin ser posible —ni necesaria— su catalogación dentro de otro medio. “[El cómic] no es una suma, si no una operación más compleja, que da como resultado una forma de expresión única, llena de posibilidades y recursos” (Vilches 9). Para entender el cómic como objeto de estudio, además de encontrar una definición que acote nuestro tema, es importante conocer cuáles son las partes que le componen. Para iniciar, entendamos que “[la historieta] está gobernada […] por códigos diversos de lenguajes o paralenguajes diferentes, verbales e icónicos (escenografías, gestualidad de los personajes, vestimentas, onomatopeyas, etc.)” (Gasca y Gubern 10). Al tomar en cuenta que se constituye de dos o más de estos elementos integrados, podemos concluir entonces que “la unidad mínima de información de la narrativa gráfica es la viñeta” (Altarriba 48), el espacio en el que suceden los eventos y viven los personajes que formarán parte de la historia o idea que se quiere expresar, pero también el límite físico dentro del que enmarcamos todos los componentes verbales y visuales, desde acciones y expresiones de los personajes, hasta sus diálogos y todo lo que los rodea. Normalmente, las viñetas de un cómic se distribuyen de forma vertical para crear páginas. Incluso en el caso de cómics digitales —anteriormente por la calidad de la imagen y actualmente por costumbre— la página con un enlace que lleva a la siguiente es la norma general. Actualmente existen plataformas web como Tapas que permiten una lectura (y desplazamiento) vertical, apilando viñetas o grupos de viñetas uno sobre otro para lograr una navegación contínua, que se interrumpe al finalizar el capítulo o el webcómic. A pesar de que la experimentación en las facetas tanto formales como conceptuales del cómic se ha dado desde sus comienzos, ésta ha estado más relacionada con artistas individuales, que realizan los conocidos como cómics de autor; y por otra parte, por editoriales independientes (aquellas que no tienen una producción en serie ni masiva como DC, Marvel, Scholastic o Shonen Jump). Esto se ha hecho casi siempre con el ánimo de tener la libertad para tratar cualquier tema, y por ello gran cantidad de artistas han optado por estas opciones para realizar cómics con temáticas tabú o para adultos, implicando que el cómic hecho en serie para el gran público es infatil o juvenil (específicamente varones). Mientras cualquier otro tipo de producción: la hecha por mujeres, la hecha por personas racializadas, la hecha por personas de la comunidad LGBT+ (o que tratan temas relacionados a sus experiencias) es empaquetada dentro del cómic alternativo.

Tipo de documento: Tesis de maestría

Formato: Adobe PDF

Audiencia: Investigadores

Idioma: Español

Área de conocimiento: HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA CONDUCTA

Campo disciplinar: CIENCIAS DE LAS ARTES Y LAS LETRAS

Nivel de acceso: Acceso Abierto